Justine nos visitó el verano pasado y compartió con nosotros esta receta de su tía Colleen. Aún cuando es relativamente sencilla en sus ingredientes, requiere cierta habilidad para el manejo de la masa. La temperatura de la mantequilla es crítica para lograr la crujencia de la masa una vez horneda.
3 tazas de harina
1/2 taza de manteca fría
1/2 taza de mantequilla fría
1/2 cucharadita de sal
1/3 taza de agua muy fría, casi congelada (1ºC)
8 tazas de manzanas peladas y cortadas en gajos
3/4 taza de azúcar
1/2 cucharadita de canela
1/8 taza de harina
Mediante un cortador de masa trozar la mantequilla y manteca sobre la harina hasta dejar cubos de 1 cm. Agregar gradualmente el agua y formar una masa con las manos. Solo hay que unir los ingredientes mediante presión, no hay que amasar. Dividir en 2 bolas y enfriar por 20-30 minutos. Con un uslero estirar la masa en 2 círculos de unos 25 cm de diámetro (2-3 cm más que el diámetro del molde). Poner uno de los círculos sobre el fondo del molde. Pre-calentar el horno a 200ºC. Agregar el relleno y cubrir con el otro círculo de masa. Sellar los bordes con un tenedor o con los dedos, formando una blonda. Espolvorear sobre la masa una cucharadita de azúcar. Hacer 4 cortes de 4 cm para dejar escapar el vapor. Cubrir con papel de aluminio el borde de la masa, para evitar que se queme durante el horneado. Hornear por 1 hora y 15 minutos, hasta que la parte central del pie esté dorada y al insertar un cuchillo a través de uno de los cortes de la masa la fruta se sienta blanda. La tradición es servir este pie caliente con una bola de helado de vainilla, pero yo prefiero esperar que se enfríe y omitir el helado.
Masa
3 tazas de harina
1/2 taza de manteca fría
1/2 taza de mantequilla fría
1/2 cucharadita de sal
1/3 taza de agua muy fría, casi congelada (1ºC)
Relleno
8 tazas de manzanas peladas y cortadas en gajos
3/4 taza de azúcar
1/2 cucharadita de canela
1/8 taza de harina
Preparación
Mediante un cortador de masa trozar la mantequilla y manteca sobre la harina hasta dejar cubos de 1 cm. Agregar gradualmente el agua y formar una masa con las manos. Solo hay que unir los ingredientes mediante presión, no hay que amasar. Dividir en 2 bolas y enfriar por 20-30 minutos. Con un uslero estirar la masa en 2 círculos de unos 25 cm de diámetro (2-3 cm más que el diámetro del molde). Poner uno de los círculos sobre el fondo del molde. Pre-calentar el horno a 200ºC. Agregar el relleno y cubrir con el otro círculo de masa. Sellar los bordes con un tenedor o con los dedos, formando una blonda. Espolvorear sobre la masa una cucharadita de azúcar. Hacer 4 cortes de 4 cm para dejar escapar el vapor. Cubrir con papel de aluminio el borde de la masa, para evitar que se queme durante el horneado. Hornear por 1 hora y 15 minutos, hasta que la parte central del pie esté dorada y al insertar un cuchillo a través de uno de los cortes de la masa la fruta se sienta blanda. La tradición es servir este pie caliente con una bola de helado de vainilla, pero yo prefiero esperar que se enfríe y omitir el helado.
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