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miércoles, 21 de julio de 2010

Kuchen de yogur con frambuesa

Mi amigo Ignacio preparó este kuchen en una junta para celebrar las vacaciones de invierno. Es una receta muy simple y de éxito asegurado. Sorprende que el relleno no lleve huevo, maicena u otro agente gelificante. Al parecer el relleno gelifica por el pH bajo de las frambuesas, o bien porque los yogures que se comercializan en Chile tienen gelatina dentro de sus ingredientes.


Ingredientes


80 g de mantequilla
1/2 taza de azúcar
1 huevo
2 tazas de harina cernida
2 cucharaditas de polvos de hornear
5 cucharadas de leche fría
1 tarro de leche condensada azucarada (397 g - usamos de marca Leche Sur)
510 g de yogur natural, sin sabor (3 potes individuales - usamos los de marca Soprole)
225 g de frambuesas congeladas o frescas


Preparación


Mezclar el yogur con la leche condesada. Batir a mano durante 1 minuto. Agregar las frambuesas y revolver, reservando unas 10-15 frambuesas "perfectas" para decorar la parte superior del kuchen. Dejar que el relleno descanse mientras se prepara la masa.

Pre-calentar el horno a 200°C. En un bowl mediano poner la mantequilla, huevo, azúcar, harina, polvos de hornear y leche. Con un cortador de masa trozar la mantequilla hasta integrarla con los otros ingredientes; finalmente unir con las manos y formar una bola. Enmantequillar un molde de torta de fondo desmontable. Montar la masa cubriendo el fondo y los lados del molde, hasta aproximadamente la mitad de la altura del borde. Llevar 10 minutos al horno y luego vaciar el relleno. Llevar al horno por 30 minutos y luego montar en la parte superior las frambuesas "perfectas" que se reservaron para decorar. Seguir horneando por 20 minutos más, hasta que el relleno esté firme - esto se prueba tocando la superficie con el dedo: si no se pega a la piel, está listo. Retirar del horno y dejar enfriar al menos 1 hora antes de cortar. Remover el borde metálico del molde y servir.

Variación: en versiones 2.0 de esta misma preparación he usado un molde más grande, de 30 cm de diámetro. Al dejar la masa y el relleno más delgados, se puede reducir el tiempo de horneado y realizar solo una fase de montaje (frambuesas no-tan-perfectas y perfectas al mismo tiempo), dejando en el horno 30 minutos en total.

Pan de cebolla caramelizada y queso parmesano


Este pan es fácil de preparar y es perfecto para servir como aperitivo en el almuerzo de un día domingo. Lo preparamos con mi amigo Ignacio, para celebrar el inicio de las vacaciones.


Ingredientes


1 1/2 tazas de agua tibia
1 cubo de 20 g de levadura fresca
2 cucharaditas de sal
4 tazas de harina
1 cebolla grande
2 cucharadas de mantequilla
1/2 cucharadita de sal de mar
1/2 cucharadita de paprika picante
80 g de queso parmesano
1 huevo


Preparación


Disolver la levadura en el agua. Agregar la harina y sal, mezclar y amasar 10 minutos a mano o 3 minutos con una batidora de pedestal. Llevar la masa a un bowl y cubrirla con film plástico. Dejar leudar en un lugar tibio; en invierno normalmente dejo el bowl con la masa dentro de otro bowl más grande, al que le agrego 1.5 litros de agua tibia.

Cortar la cebolla en cuadritos de 5 x 5 mm. Calentar la mantequilla en un sartén grande. Una vez derretida, agregar la cebolla, sal de mar y paprika. Revolver para que no se peguen y saltear a fuego medio durante 10 minutos, hasta que la cebolla esté completamente caramelizada (color café claro) y el volumen sea la mitad del tamaño original. Este proceso le entrega un sabor especial a la cebolla y también la deshidrata. Eso facilita que la masa del pan quede cocida en forma uniforme. Retirar del fuego y dejar enfriar 5 minutos. Luego agregar el queso rallado y el huevo, revolviendo para integrar todos los ingredientes.

Una vez que la masa duplique su volumen (cerca de 1 hora), purgar el CO2 y poner sobre el mesón con una capa delgada de harina. Espolvorear más harina sobre la masa y con un uslero estirar hasta formar un rectángulo de 40 x 60 cm. Sobre la masa agregar la cebolla + queso + huevo; distribuir la cebolla dejando 2 cm libres en los bordes. Con una brocha de cocina mojar ligeramente los bordes de la masa. Tomar el extremo delgado de la masa y enrollar en la dirección del lado largo. Sellar los extremos y el borde expuesto, apretando la masa con los dedos. Rotar el rollo para dejar el lado sellado hacia abajo. Montar sobre una lata de horno y doblar en forma de "U". Leudar por 30 minutos y luego llevar al horno a 200°C por 50-60 minutos, hasta que esté dorado y al golpear con el dedo la hogaza por abajo tenga un sonido hueco. Si el pan se dora por arriba, pero por abajo no tiene el sonido hueco, ponerlo 5 minutos más en el horno, pero directamente sobre la parrilla (sin bandeja); eso ayudará a secar y dorar la parte inferior, para completar el hornado. Dejar enfriar 10 minutos antes de cortar.

lunes, 19 de julio de 2010

Pan de centeno

Uno de mis mejores recuerdos de infancia es un pan de centeno que todavía hacen en la Panadería Junge de Valparaíso. Es un pan muy oscuro, denso, y con una textura entre crujiente y "chiclosa" al masticarlo. Se sienten los trozos de las semillas de centeno. El verdadero pan de centeno se hace con la harina integral de dicho cereal. En panaderías que no siguen la línea tradicional venden un pan de "centeno" falso, coloreado con café y con trozos de semillas de trigo... nada comparado con el pan de Junge. Esta es una recreación del pan original de Junge, pero con una fermentación rápida; el pan original requiere de una fermentación de 3 días en un partidor, el que se suma a masa fresca. El ingrediente crítico es la harina de centeno, que se encuentra en las tostadurías de la Av. Pedro Montt en Valparaíso. Preparé este pan para compartir con mi amiga Mim, autora del blog La once perfecta.


Ingredientes


250 g de harina integral de centeno
230 g de harina blanca de trigo
330 ml de agua tibia
10 g de mantequilla
5 g de miel
1 1/2 cucharaditas de sal
1 cucharadita de levadura en gránulos


Preparación


Disolver la levadura en el agua. Agregar el resto de los ingredientes y amasar 10 minutos a mano o 5 minutos en una batidora de pedestal. Dejar leudar 2 horas, purgar el CO2, y dejar leudar otros 30 minutos en un molde de pan enmantequillado. Pre-calentar el horno a 200°C y hornear por 35-40 minutos, hasta que esté dorado y al golpear el fondo de la hogaza con el dedo se escuche en sonido hueco. Enfriar al menos 30 minutos antes de cortar (de lo contrario se deforma al cortarlo). Si se cuenta con una máquina para hacer pan, poner todos los ingredientes en el contenedor y usar un programa de pan rápido.

Este pan se conserva bien por 1-2 días como máximo; luego se desgrana con facilidad. Una vez frío (2 horas post-horneado), recomiendo conservar el pan en rebanadas listas para servir, las que se congelan en una bolsa ziploc a -18°C. Para descongelar las rebanadas simplemente se ponen en el tostador eléctrico, dándoles un minuto más que si fuera pan fresco.

sábado, 3 de julio de 2010

Popovers de queso


Estos panecillos ligeros son un clásico del desayuno y del brunch en EEUU. Requieren de ingredientes muy simples. El único detalle que a veces causa dolores de cabeza es saber cuando sacarlos de horno. Aún cuando se pueden recalentar, es mejor preparar los que uno piensa que se pueden comer en forma simultánea, porque pierden su "gracia" al día siguiente... estos panecillos se desinflan a los pocos segundos de sacarlos de horno. Lo ideal es servirlos muy calientes, recién horneados, aún cuando los comensales se quemen los dedos.


Ingredientes


1 taza de harina
1/2 cucharadita de sal
1 1/4 tazas de leche entera
2 huevos
1 cucharada de mantequilla derretida
100 g de queso mantecoso


Preparación


Pre-calentar el horno a 250°C (horno fuerte). Preparar 12 moldes de queques individuales - si son de teflón o aluminio, untar los bordes y el fonde con mantequilla y agregar una delgada capa de harina, agitando para cubrir todos los lados. Eliminar el exceso de harina con un golpe por el fondo de los moldes. Durante el horneado la masa "trepa" sobre los bordes del molde, por lo que es importante que está cubiertos en forma homogenea con mantequilla y harina. Si se usan moldes de silicona no es necesario agregarles mantequilla ni harina, ya que el material permite que la masa trepe sin ayuda, y también evita que se peguen en el fondo o los lados.

Cortar el queso en 12 cubos de igual tamaño.

Mezclar la harina con la sal en un bowl mediando. En otro bowl batir ligeramente los huevos con la leche y la mantequilla derretida. Agregar el batido sobre la harina y revolver rápidamente. Vaciar sobre los moldes, dejando cerca de 1/4 de cada molde con batido. En el horneado la masa aumenta 4-5 veces su volumen, por lo que no se puede agregar más batido que esa cantidad en cada molde. Agregar un cubo de queso en cada molde, flotando sobre el batido.


Llevar al horno pre-calentado por unos 35-40 minutos, hasta que sobresalgan 1-2 cm de la parte superior del molde y estén dorados. Servir muy calientes, recién sacados del horno. Estos panecillos se desinflan a los pocos segundos y son casi completamente huecos. En su interior se forma una delgada película de masa en un estado de gel, y el queso queda en el fondo y en la parte superior. Si uno quiere que no se desinflen, se pueden dejar 30 minutos más en el horno apagado, hasta que se sequen completamente. Mi preferencia es servirlos muy calientes y no darles el secado final, ya que se pierde la consistencia gelatinosa en su interior.